La amistad, el trabajo y el amor se han transformado desde que nos sumergimos en el mundo de las redes sociales. ¿Nos adaptamos a la era digital o es ella la que se adapta a nosotros?
Con la llegada de la Internet 2.0 y de las redes sociales, los usuarios pueden compartir contenidos sin necesidad de poseer conocimientos especializados. Desde hace unos años, el mundo digital dejó de ser una fuente de consulta para convertirse en un espacio de intercambio y expresión, al punto de que hoy en día todo internauta tiene a su alcance herramientas para simplificar o potenciar aspectos de su vida como buscar trabajo, reencontrarse con personas, conocer nuevos amigos y hasta encontrar pareja.
Las necesidades no han cambiado en el paso de la era analógica a la digital, pero sin dudas el mundo de las relaciones y del contacto entre las personas sí se ha transformado. No hay dudas de que la tecnología siempre ha avanzado en dirección a satisfacer las necesidades de la gente. Así como en algún momento de la historia la invención del ferrocarril significó la posibilidad de unir ciudades lejanas, en los últimos tiempos Internet ha facilitado no sólo el comercio, sino también la vida cotidiana al proveer un medio de comunicación instantáneo entre las personas, sin importar en qué lugar del mundo estén ubicadas.
Sin embargo, desde su creación hasta nuestros días, las redes sociales tendieron a conectar a personas cercanas geográficamente. La función de vincular puntos alejados en el espacio pasó a un segundo plano para dar lugar a una digitalización de la vida offline. De ese intercambio entre, por un lado, hábitos y concepciones clásicas de amistad, amor, trabajo y comunicación, y, por el otro, novedades técnicas y posibilidades digitales, surgieron los cambios que hoy experimentamos en nuestra vida cotidiana.
Por ejemplo, así como en algún momento se hacían averiguaciones con amigos en común o conocidos antes de una cita con alguien, una encuesta reciente de Match.com, líder entre los sitios de búsqueda de pareja con más de 75 millones de usuarios desde su fundación, hoy en día aproximadamente la mitad de las personas revisa el perfil de Facebook de su pretendiente.
En el mismo sentido, si en el pasado nos acostumbramos a ordenar nuestra casa cuando esperábamos a alguien importante para nosotros, en la actualidad cerca de un cuarto de los usuarios admite haber "limpiado" su perfil antes de agregar a la lista de sus amigos a una persona relevante sentimentalmente.
Y, como es lógico, las redes sociales tienen sus reveses en el mundo amoroso. Cerca de un 50% de los usuarios dice haber terminado una relación a causa de elementos publicados enFacebook, ya fueran fotografías comprometedoras o mensajes públicos incómodos.
Es seguro que la tecnología abre nuevas posibilidades para el desarrollo de las relaciones humanas y que al hacerlo las modifica. Si nos relacionamos mejor ahora que antes, es algo todavía difícil de determinar. Lo indudable es que, si bien vivimos en un mundo cada vez más digital, no abandonamos los deseos, las conductas y las inquietudes que siempre hemos tenido.
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