Cada vez es más habitual ver que pequeñas y medianas empresas se embarcan en el mundo del social media. No siempre disponen de un Community Manager profesional y por falta de experiencia se cometen errores. Incluso las grandes empresas cometen errores de marketing en las redes sociales. Es importante no cometerlos ya que la imagen de la empresa puede resultar dañada.
Los errores más usuales son:
Abrir varias cuentas en la misma red social. Hay empresas cuyo personal se ha abierto varias cuentas en Twitter, por lo que tienen varias cuentas que llevan diferentes personas. Esto es un lío para el seguidor que no sabe cuál es la verdadera cuenta de la marca. Mejor tener una sola cuenta bien atendida.
Abrir cuentas en todas las redes sociales habidas y por haber. Por falta de experiencia se contentan con conseguir algunos fans en cada una de ellas hasta que ven que cuando empiezan a tomar forma hay que dedicar a estas redes sociales mucho tiempo, ya que de lo contrario los fans dejan de seguirte… que es lo que pasa en muchos casos. Por lo tanto, en el caso de pequeñas y medianas empresas es mejor estar solo en un par de ellas y mantenerlas al día: los resultados serán mucho más positivos.
Ser tú el protagonista de la presencia social de la marca. A nadie le gusta estar acompañado de alguien que no para de hablar de sí mismo, pues en las redes sociales ocurre lo mismo. Muchas empresas toman las redes sociales como un lugar donde hacer publicidad de sus servicios o productos. Publicidad pura y dura. Todo lo que ofrecen a sus seguidores son anuncios o pequeños descuentos para comprar sus productos. Lo que se debe hacer es investigar qué es lo que le interesa a tu posible cliente, crear esos contenidos de valor añadido, fomentar la participación y responder a todos y a cada uno de los comentarios que se hagan.
No involucrar a todo el personal. Por regla general las empresas medianas y grandes se dividen en diferentes departamentos, como puede ser recursos humanos, marketing, atención al cliente y social media (por ejemplo). Se tiende a diferenciar mucho los distintos departamentos, mientras que en Social Media todos deben estar al corriente de las acciones e involucrados.
No monitorizar. Este es un tema primordial. El resultado obtenido de las monitorizaciones es vital para saber lo que le interesa a nuestro público, lo que se habla de nosotros y saber así qué podemos mejorar.
No tener un plan establecido. Son muchos los casos de empresas que deciden espontáneamente que tienen que estar en las redes sociales. Se lanzan a ellas sin tener un plan estratégico, lo cual desemboca en oportunidades perdidas. Este plan debe comprender unos objetivos establecidos y sus métricas, pues sino no se podrá seguir la evolución del proyecto ni comprobar que la estrategia está funcionando.
Utilizar unas métricas incorrectas. Cuando nos vemos a obligados a tratar un tema que no entendemos totalmente, a menudo intentamos mantener el control aplicando las mismas reglas que hemos utilizado en otros medios. Es el caso por ejemplo de los seguidores. Los programas de televisión se han medido siempre por su audiencia, cuanto más público tienen más éxito. Si aplicamos esto en Social Media nos equivocamos. No porque tengamos miles de seguidores tenemos más éxito… en absoluto. Lo que necesitamos en Social Media es que exista interacción. Cuanta más interacción más éxito. Si tus contenidos son retuiteados, si tus videos son compartidos y van dejando opiniones sobre tus productos o servicios, vas por el buen camino.
Por lo tanto lo que tienes que medir es el sentimiento de tus seguidores y no la cantidad de seguidores que consigues.
Pensar que unas horas de un Community Manager sirven para llevar las redes sociales al día. ¡Qué gran error! Se necesita dedicar muchas horas para poder conseguir ver resultados.
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