Los hashtags mantienen su grado de efectividad en Twitter. Constituyen una herramienta útil para maximizar el alcance del mensaje, aumentando con ello las posibilidades de llegar al público objetivo, lo que pude traducirse en ventas, en el caso de los retailers, o audiencia, si nos centramos en el público televisivo, o de un evento.
Por ello, conviene conocer las características que ayudan a crear un hashtag potente, y sobretodo, a evitar errores. A continuación mostramos los principales que se cometen a la hora de elegir un hashtag:
No investigar, antes de comenzar a utilizar un hashtag. En muchas ocasiones, las empresas eligen como hashtag el primer término que se les ocurre. Sin detenerse a analizar si alguien más está utilizándolo, o releerlo con detenimiento, con el fin de analizar las posibles connotaciones negativas que pueda implicar la palabra o frase elegida.
Puede darse el caso de que nuestra etiqueta ya esté siendo utilizada por otra marca, o colectivo. En consecuencia, conviene estudiar la idoneidad de utilizarlo, con el fin de vincular la marca a una corriente ya iniciada. De otra parte, nuestro hashtag, visto con perspectiva, podría resultar malsonante, o mostrar una idea equivocada sobre nuestro mensaje; de ahí la necesidad de pensárselo 2 veces antes de publicar un hashtag.
Elegir un término demasiado largo, complejo de escribir o de recordar.Uno de los objetivos de la creación de un hashtag es que la gente lo utilice. Para ello, debemos facilitar la tarea a los usuarios, eligiendo conceptos fáciles de recordar, y escribir. La creatividad no está reñida con la sencillez, y ésta es una de las mejores formas de demostrarlo.
Recurrir a hashtags difíciles de entender. Si lo que pretendemos es aumentar la difusión de nuestro mensaje, nunca lo lograremos si elaboramos un hashtag muy específico y rebuscado. De este modo se limita en gran medida las posibilidades de su alcance y notoriedad. Por contra, conviene elegir términos de uso generalizado, directamente relacionados con la actividad para la que han sido creados; de tal modo que concentren la esencia de nuestro mensaje y el público objetivo capte la idea a golpe de vista; sin la necesidad de invertir su preciado tiempo en descifrarla.
Utilizar demasiados hashtags en un solo tuit. Los mensajes plagados de hashtags provocan rechazo en la audiencia. Denotan falta de profesional, ausencia de estrategia y afán por conseguir notoriedad a toda costa, sin la capacidad para emitir un mensaje elaborado, que realmente aporte valor a la audiencia. Por ello, se recomienda utilizar un máximo de 3 de estas etiquetas en los tuits, y no ser redundante con ellos en todos y cada uno de los mensajes publicados.
Spammear, utilizando hashtags no relacionados con la actividad de la empresa o marca. Es habitual que, ante un evento de gran magnitud, o un trending topic especialmente relevante, las marcas intenten acaparar la atención de esa audiencia, utilizando los hastags en sus mensajes. Se trata de una práctica nada recomendable, que solo puede generar una actitud en contra de la marca, consiguiendo el efecto contrario. La comunidad tuitera no ve con buenos ojos este tipo de oportunismo.
No promocionarlo debidamente. Podemos tener el hashtag perfecto pero, si no lo damos a conocer, no servirá de nada. Los hashtags no son propiedad exclusiva de Twitter, sino que hasta Facebook ha acabado implementándolos, ni tampoco han de quedarse en el medio online. Por el contrario, pueden saltar al mundo terrenal, y pasar a formar a formar parte de las acciones en televisión, de publicidad impresa, e incluso del propio envase del producto. Todo dependerá de la estrategia diseñada, y los objetivos previstos.
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