miércoles, 28 de marzo de 2018

4 maneras de navegar en el mar infestado de tiburones (y "fake news") que es la Web 2.0

Las “fake news” son tan corrosivas como omnipresentes y no parece que vayan a marcharse (al menos a corto plazo).
A los medios de comunicación de masas la ubicuidad de las noticias falsas en las redes sociales les está carcomiendo su propia reputación (labrada en ocasiones durante años y años).

Y también las marcas se están viendo inevitablemente afectadas por la peligrosa proliferación de las “fake news”. Según un reciente estudio llevado a cabo en Estados Unidos por 4A, el 42% de los consumidores cree que las marcas no son tan sinceras como lo eran hace 20 años.
En el nuevo paisaje 2.0, donde las noticias falsas se han convertido lamentablemente en el pan nuestro de cada día, las marcas están obligadas a enarbolar la bandera de laautenticidad. Y pueden conseguirlo echando mano de las estrategias que disecciona a continuación Inc.:
1. Apostar por la transparencia
A algunas marcas les cuesta abrirse en canal en las redes sociales, donde las críticas son por lo general bastante más abundantes que los elogios. Sin embargo, la transparencia es un “must” para las marcas que desean despegarse de la mala sombra que las “fake news” proyectan irremediablemente sobre ellas.
Es importante, por ejemplo, que las marcas no jueguen al despiste cuando deciden colgarse del brazo de los influencers en los social media, y que hagan públicas también sus asociaciones en el ámbito del marketing de afiliación.
2. Responder con prontitud a las “fake news”
En agosto del año pasado Starbucks se vio en un auténtico brete cuando vio la luz en Twitter un mensaje que prometía (supuestamente) café gratis a los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
A Sturbucks el engaño le pilló con la guardia baja, pero pudo contenerlo (más o menos) respondiendo de manera individual en Twitter a quienes se hicieron eco de la noticia falsa.
3. Cortar por lo sano con quienes contribuyen a la difusión de noticias falsas
Puede que Facebook y Google sean dueños y señores del 85% de los ingresos obtenidos por la publicidad digital, pero hay quienes están dispuestos a dejarles plantados. Es el caso de Unilever, cuyo director de marketing, Keith Weed, les ha amenazado recientemente con retirar de allí sus presupuestos si no limpian sus respectivas y “cochambrosas” plataformas publicitarias.
Perder como cliente a Unilever haría un agujero minúsculo y casi imperceptible en las arcas de Facebook y Google, pero el de Weed es un mensaje poderoso al que podrían sumarse más marcas (y poner entonces, sí, en un severo aprieto a los dos gigantes de internet).
4. Admitir la culpa y no echar balones fuera
Nadie está libre de meter la pata en las redes sociales, pero cuando las marcas cometen errores en los entornos 2.0 están obligadas a entonar el “mea culpa” y hacerlo además lo más rápido posible.
Las marcas que se demoran “sine die” a la hora de pedir disculpas, esconden la cabeza como el avestruz y se empeñan en echar balones fuera no hacen sino arrojar piedras sobre su propio tejado.
Un artículo publicado en Marketing Directo y recibido via Vallebro.com

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