Twitter se ha convertido en un enjambre de mensajes y conversaciones cruzadas, cuya magnitud y frenético ritmo no deja de sorprendernos. Pero ¿en qué consiste realmente esta actividad? ¿podemos demostrar que se generan conversaciones en Twitter?
El estudio realizado por Pew Research Center y Social Media Research Fundation recoge la relevancia de Twitter como herramienta de marketing para empresas y marcas; un medio para aumentar la notoriedad y difundir contenido, que permite además poder participar en la actividad 2.0 en tiempo real. Pero ello no implica necesariamente que se produzca una conversación.
Los datos del informe diferencian entre 6 estilos distintos de conversaciones y comunidades en Twitter, en función de las partes que intervienen, las interacciones que se registran o los intereses de los participantes. Para ello, los investigadores no recurrieron a la tradicional encuesta, sino que analizaron directamente la actividad en Twitter, un hecho que les permitió crear mapas de actividad e identificar patrones sociales entre las partes activas.
Así el estudio distingue entre los "grupos de marca", o comunidades que se forman en torno a un producto, servicio, marca o celebridad. Los miembros de estas comunidades lanzan sus mensajes en torno a este tema, pero no interactúan entre sí necesariamente. De hecho, el informe indica que cuanto más grande es la comunidad que se reúne en torno a una marca o evento de gran magnitud, es menos probable que los individuos hablen entre sí. Estas grandes masas suelen ser heterogéneas y tener como único objetivo mostrar su interés en la marca en cuestión. Este tipo de usuarios no dialoga, compartiendo opinión y experiencias con los otros miembros que también hablan sobre el mismo tema, sino que actúa de forma independiente e individualizada.
De otra parte, encontramos los "grupos de comunidad", que se generan en torno a sucesos de repercusión global. En este caso, el estudio indica que sus miembros sí mostraron cierta vinculación entre ellos. Ante un hecho de trascendencia mundial, son varios los medios que lo recogen, lo cual genera colectivos de seguidores de tamaño medio, disgregando con ello a la masa y aunando a usuarios con unas inquietudes comunes, ávidos por seguir en tiempo real el transcurso de los hechos.
Un tipo de colectivo que difiere de aquél que se congrega en torno a un único canal o emisor de información, lo que el estudio denomina como "televisión abierta". En este caso los usuarios replican directamente lo que la fuente transmite, sin que exista conexión entre los distintos individuos que beben de la misma fuente. Este comportamiento demuestra que todavía nos encontramos con auténticos líderes de opinión, personalidades u organismos capaces de marcar el ritmo de la conversación social e influir en una importante comunidad de leales seguidores.
El informe también destaca el papel de Twitter como herramienta de gestión de la relación con el cliente, como un medio para registrar y atender las peticiones de los clientes en tiempo real. Un medio que permite llegar a los usuarios y establecer un canal directo con la marca. De otra parte, el análisis y monitorización de la actividad generada en Twitter en torno a la marca refleja el nivel de cohesión de ésta con sus públicos, así como el sentimiento general en torno a ella.
Asimismo, nos encontramos con aquellos colectivos "polarizados", que buscan activamente información de diversos canales, con el fin de formarse una perspectiva más amplia.
También conviene destacar cómo los usuarios se agrupan en torno a temas comunes, con el fin de discutir temas de sus intereses y compartir información; tal es el caso de los "integrados". En este caso sí existe una voluntad real de acercamiento, y de diálogo 2.0.
En definitiva, pese a que la comunidad tuitera apenas representa al 14% de la población adulta, su actividad refleja significativamente cómo los usuarios conectan entre sí y se comunican, en función de sus intereses, circunstancias o momentos puntuales.
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