Las fake news engloban la desinformación, propaganda, engaños, inexactitud en el periodismo y similares, las que por internet y redes sociales han multiplicado su impacto, dejado de estar suscritas a un ámbito geopolítico, impactando la vida de ciudadanos, la democracia y el mercado financiero; y siendo su finalidad engañar a la población.
El desarrollo tecnológico ha sido un aliado de las noticias falsas, reduciendo las barreras para que comerciantes de desinformación han un negocio rentable de las necesidades de engaño que tienen diferentes personas e instituciones.
Etapas, herramientas y métodos de las fake news
Aunque la desinformación se vincula generalmente con actividades estatales y servicios de inteligencia, desde el 2016 han aumentado los ataques contra organizaciones y personas, siendo los más comunes los ataques ideológicos destinados a desacreditar a actores sociales.
La mayoría de fake news siguen una lógica común y cada una de estas etapas tiene herramientas habituales de uso:
- Creación: suplantación de sitios (CloneZone facilita esta tarea), suplantación de dominios (registros casi idénticos, por ejemplo: cambiando una letra -m a -rn), modificación de documentos, adquisición de cuentas (phishing, violación de datos, por ejemplo con la herramienta SentryMBA).
- Publicación: posts en redes sociales, uso de bots, publicaciones en foros (BotMasterLabs y ZennoStore).
- Circulación: publicidad pagada, likes y retweets (TweetAttacksPro se puede usar para esto), reseñas (buyamzreviews).
Entre los métodos utilizados para la generación de contenido falso, se pueden mencionar:
- Crear falsos contenidos que a primera vista parecen idénticos a los producidos por canales de noticias o fuentes informativas legítimas.
- Controlar los canales de comunicación (redes sociales, web, documentos) de una empresa o entidad de gobierno para diseminar información falsa.
Combatiendo las fake news
Si bien es difícil y complejo combatir información falsa, no es imposible. Teniendo presentes las etapas de creación de fake news, se pueden adoptar medidas, siendo ideal actuar cuando están en la fase de creación o publicación, pues cuando alcanzan la circulación se vuelve más una cuestión de limitación de daños.
Algunas medidas que podemos adoptar para combatir las fake news son las siguientes:
- Cuando se ha suplantado la web o redes sociales, una medida preventiva es el registrar la marca para poder emitir solicitudes de infracción.
- Si se trata de falsificación de documentos, debemos prevenir estos ataques con un marcaje adecuado de los mismos, lo que dificulta su replicabilidad con contenido falso.
- Para evitar la adquisición de cuentas, utilice contraseñas de seguridad complejas, no utilice la misma en todas sus cuentas y renuévelas cada cierto tiempo. También es bueno tener un cortafuegos. Herramientas como haveibeenpwned te pueden ayudar a detectar si tus cuentas son vulnerables.
- Monitorear el registro de dominios maliciosos y tener un proceso definido para tratar con infracciones ayuda a combatir la suplantación de dominios.
- Identificar los bots, por ejemplo: mirando la fecha de creación de la cuenta, el contenido que publica, el número de seguidores y la sobreactividad en periodos cortos de tiempo, son indicios de bots. Tener un monitoreo de las redes sociales es casi una obligación para las empresas actualmente.
- Para seguir los foros públicos, se puede utilizar Google Alerts con el fin de identificar menciones. Herramientas como Scrapy son más profesionales en este sentido.
- En el caso de las reseñas falsas, herramientas como ReviewMeta o Fakespot te pueden facilitar la identificación de cuáles son falsas o verdaderas.
No obstante, estas medidas preventivas siempre podrán ser vulneradas porque los desinformantes van cambiando sus métodos y aparecen nuevas herramientas.
Evolución de las campañas de fake news en 2018
Las inquietudes socioculturales, las finanzas y la situación geopolítica seguirán siendo los ejes de las fake news durante el 2018, especialmente por la innovación de herramientas para este tipo de prácticas y la fácil diseminación que brindan las redes sociales.
Entre las situaciones que se espera sigan aconteciendo, y las concepciones ideales que deberían ocurrir, se pueden nombrar las siguientes:
- Política: las fricciones, tensiones y fragilidad de los estados contribuirán a la creación, publicación y circulación de noticias falsas para desinformar.
- Redes sociales: mientras no exista una correcta educación de uso y las herramientas necesarias para filtrar su contenido, seguirán generando oportunidades para realizar campañas de desinformación. Si bien han tomado medidas, como Facebook con su manual de fake news, no se han dado propuestas para limitar su circulación o eliminación.
- Medios de comunicación: los medios noticiosos deberían tomar un enfoque proactivo para monitorear informaciones falsas y adoptar medidas para evitar el plagio de cuentas.
- Innovación: la inteligencia artificial puede allanar el camino para desarrollar herramientas que eviten las campañas de desinformación, especialmente las relacionadas con reseñas y publicaciones en foros realizadas por bots.
- Desconfianza en medios tradicionales: la pérdida de confianza en los medios por suponer que publican noticias falsas u omiten verdaderas noticias, hace que las personas busquen información en redes sociales para mantenerse informados, lo que facilita la replicabilidad de fake news. El caso de Honduras en sus elecciones 2017 y posterior es un caso actual de esto.
Estas tendencias hacen suponer que estamos en el inicio de una guerra de información, donde deberemos ser cautelosos en el consumo de noticias para no contribuir a propagar desinformación tendiente a engañarnos o controlarnos.
Si bien no se puede realizar una censura de contenidos por poder caer en atentados contra la libertad de expresión, además de porque las redes sociales con censura excesiva perderían seguidores, la autocensura de las personas pasará a ser un factor clave, al igual que la acción de las empresas.
Hábitos de consumo informativo
El estudio de Kantar "Trust in News" revela que la reputación de los medios tradicionales se ha mantenido casi intacta, siendo la televisión y los impresos reconocidos como más fiables que las redes sociales.
Las fake news han logrado que las personas que reciben informaciones las contrasten con otras fuentes previo a compartirlas, siendo la media de 4 fuentes informativas diferentes según revela el estudio. Sin embargo, 1 de cada 5 personas siguen compartiendo noticias sin haber leído más que el título.
Asimismo, las webs de noticias, video y podcast, han superado a la televisión como primera fuente informativa, pese a que le atribuyen difundir información dudosa.
Respecto a pagar por el acceso a la información, la mayoría de personas indicaron que no le ven sentido a pagar por noticias debido a la gran cantidad que circula de manera gratuita en Internet, por lo que los medios deben comenzar a pensar en nuevas formas de administrar sus bases de datos de clientes.
por Carlos Castañeda Viñas
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