Desarrollar una estrategia efectiva en los Social Media es algo más que registrar la marca en todas las redes sociales que aparezcan a nuestro paso. Cultivar la presencia online de una marca requiere esfuerzo y trabajo diarios, así como una vigilancia permanente de todo lo que sucede en torno a ella.
Así pues, es importante seguir de cerca la evolución de nuestras acciones en las redes sociales, con el fin de identificar cualquier error de fondo o forma, y poder corregirlo a la mayor brevedad. Por ello, en ocasiones nuestra dejadez o falta de orientación pueden dificultar que nuestras acciones cosechen los resultados esperados. Para evitarlo, nos será de gran ayuda reconocer estos síntomas inequívocos de que nuestra estrategia de Social Media requiere más dedicación:
Todas las publicaciones de los perfiles sociales versan única y exclusivamente en torno a los productos y servicios de la empresa. Si el tono publicitario invade el time line de la marca, despertarás entre tus seguidores esa aversión natural a los mensajes comerciales, llevándoles a evitar tus intentos explícitos por convencerles de que tu propuesta de seguro les va a satisfacer. Métetelo de una vez por todas en la cabeza, las redes sociales no son para vender, sino un entorno para generar conversación y confianza, donde ofrecer a los clientes la oportunidad de hablar, no otro canal más donde insertar publicidad.
El diseño de los perfiles sociales no está en consonancia con la imagen gráfica de la empresa, provocando un grave error de identificación. Cada plataforma ofrece distintas opciones de personalización, de tal modo que las marcas puedan aplicar su identidad gráfica, favoreciendo con ello el reconocimiento de la marcas. Ello es tarea de profesionales del área de diseño.
Los perfiles sociales no están actualizados, ni siguen ningún tipo de planificación. La frecuencia de las publicaciones no debe basarse en "de vez en cuando", ni esperar a "cuando tengas un hueco"; sino que ha de ser constante y atenerse a un calendario de publicaciones. De este modo mostraras una imagen de seriedad y coherencia en las actuaciones de la marcas, además de transmitir confianza de que hay alguien detrás que se preocupa por mantener viva la comunidad.
La empresa carece de estrategia de Social Media, que regule su actividad 2.0. Esta planificación incluye, desde los objetivos que persigue la marca con su presencia en los canales sociales, hasta los indicadores de medición de resultados, pasando por los canales en los que desarrollar su actividad, y el contenido a incluir en cada uno de ellos. Asimismo, es importante reservar un apartado con la política de actuación en caso de crisis, o de cómo atender las peticiones de los usuarios.
Todas los perfiles sociales de la marca se actualizan automáticamente y con el mismo mensaje. Utilizar herramientas de gestión de la presencia online pueden resultar muy útiles, siempre y cuando seamos capaces de utilizarlas correctamente. Ni todas las redes sociales son iguales, ni atraen al mismo tipo de público, ni utilizan el mismo lenguaje, o admiten la misma frecuencia en las publicaciones. Por ello, conviene estudiar cada plataforma social y adaptar las actualizaciones en función de sus características propias, utilizando en cada caso un lenguaje propio.
La marca da la callada por respuesta a sus clientes en sus perfiles sociales. Si el muro está plagado de comentarios sin responder, las menciones en Twitter quedan sin réplica y las peticiones nunca obtienen una respuesta útil, la marca solo cosechará clientes insatisfechos y estará peligrosamente expuesta a sufrir una crisis de reputación online. Los medios 2.0 son un canal abierto al diálogo, la vía idónea para mostrar cercanía y conectar con el público objetivo.
La audiencia no crece, ni el alcance de las publicaciones tampoco. Algo pasa, puede que el mensaje no cause el suficiente impacto, o que los usuarios no se sientan identificados con él. En este caso, lo mejor sería intentar averiguarlo directamente, preguntándoles, pasándoles la palabra y motivándoles para que se expresen libremente. Otra opción es la de probar con una nueva estrategia de contenidos, y medir la efectividad de las acciones.
Las actualizaciones de la marca no apelan a la audiencia, incitándoles a participar. Una vez más, diremos que los Social Media son un canal bidireccional, donde los usuarios disfrutan compartiendo e interactuando con las marcas, siempre y cuando éstas demuestren su interés por conocer su opinión y le den la oportunidad de opinar.
Si una marca reúne todos o alguno de estos síntomas, debe plantearse seriamente acudir a un especialista, que le ayude a sanear su presencia online y le indique cómo mantener una actividad saludable y longeva en este entorno.
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