El engagement, término especializado del marketing traducido el español como compromiso, es la conexión que se establece entre una marca y su público, una conexión que hace que el usuario se sienta parte de ella, se vea identificado, comparta su contenido y hasta la defienda llegado el caso.
Lograrlo parece sencillo, pero no lo es. Sobre todo, si nos encontramos con gran cantidad de marcas interactuando a la vez con los internautas, que empiezan a acostumbrarse al impacto diario de elementos corporativos y por lo tanto a insensibilizarse ante su influjo. Las buenas prácticas en Twitter, sin embargo, contribuirán siempre a mejorar esta relación entre marca y posible cliente:
1. Dilo con imágenes
Los tweets con imágenes convierten mucho mejor que los textos planos. Tiene su lógica: siempre nos fijamos más en una imagen que hacia el conjunto de letras que forman un mensaje.
El dato que se debe recordar es que Twitter ha modificado su política de publicación de imágenes en su timeline. Ahora, las fotos subidas directamente a Twitter con su gestor de imágenes se visualizan automáticamente, mientras que las que provienen de Facebook, Instagram, Twitpic o Flickr, por citar algunos de los ejemplos más conocidos, se verán únicamente como enlace adjunto. Así que si queremos convertir al usuario siempredebemos publicar las fotos directamente.
2. Usa un solo hashtag
Utilicemos un solo hashtag, máximo dos. La fiebre por el etiquetado ha llevado a convertir el espacio de los 140 caracteres en una ensalada de tags que ahuyentan al usuario medio, sobre todo si el contenido de tu post no se ajusta luego con el título de la etiqueta. El secreto:rigor en el etiquetado y capacidad de síntesis.
3. Cuidado con las preguntas
Una de las recomendaciones para generar engagement en redes sociales suele ser la derealizar preguntas, de manera que incitemos a la participación del usuario al responderlas. Las preguntas llaman a la acción, mientras que las afirmaciones llaman a la reflexión interna.
Queremos acción, queremos participación, así que hagamos preguntas. Pero mucho cuidado con preguntar por preguntar: se ha puesto de moda terminar cuestionado al usuario casi sobre cualquier cosa sobre la que se publica y el resultado acaba por ser el inverso al deseado: el lector puede sentirse que lo tratas como si fuera tonto y generar una actitud de rechazo hacia tu tweet o la marca que lo sustenta.
4. Centra el diálogo en tus seguidores no en tu marca
Demasiado a menudo las marcas utilizan una red social únicamente para la promoción directa, como si se tratase de otra plataforma publicitaria más. Sin negar la importancia de la publicidad en las redes sociales, creemos no obstante que la verdadera riqueza del social media está en la capacidad para interactuar con el usuario, mostrar otra cara de la empresa y generar filiación con la marca. Nada de esto se consigue si prestamos más atención a nuestro yo-mi-me-conmigo que a lo que los usuarios reclaman. Ellos deben ser los protagonistas.
5. Compartir es vivir
En internet y en la vida en general: compartir es vivir. Pero en el caso de Twitter esta afirmación cobra mayor sentido si cabe. Twitter no es para hablar de ti: es para dar y recibir en un flujo circular e infinito, y solo así se hablará luego de ti o de tus contenidos.
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