Para posicionar el vídeo debe apostarse más por la inteligencia que por el pago. Una marca británica, la misma que hizo el anuncio viral de Anna Kendrick en la Superbowl, señala que el apoyo de pago debe ser limitado.
En algunas de sus últimas campañas virales no gastó, de hecho, ni una sola libra en los primeros días. Los vídeos necesitan, aseguran, entre "24 y 48 horas para respirar" antes de lanzarse a comprar anuncios.
No es para Google, es para la audiencia
A diferencia de lo que ocurre en general para la red, los virales no llegarán vía Google al consumidor. Nadie busca en Google el próximo viral sobre el que se declarará fan, sino más bien esperará a que sus amigos se lo hagan llegar o recurrirá a las fuentes originales. Sitios como Buzzfeed o Feedviral, son claros ejemplos del poder del contenido viral. Estas publicaciones están aprovechando el tirón de este tipo de contenidos. En su caso, el 75% de su tráfico llega directamente de las redes sociales, lo que no solo es sorprendente sino también una ruptura abrupta y muy significativa con lo que estaba sucediendo hasta ahora en internet, donde Google era la principal fuente de tráfico para todo el mundo.
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