Se introdujo en el mundo de Twitter en agosto de 2007, siendo su padrino José Luis Antúnez. ¿Qué esperaba de Twitter cuando se creó su cuenta? ¿Se la creó para probar nuevos medios, o ya vio en esta plataforma un gran potencial?
Abrí mi cuenta de Twitter el 9 de agosto de 2007 y el primer usuario al que comencé a seguir fue @jlantunez. Mi propósito inicial, tal como lo enuncié en eCuaderno, consistía en explorar el potencial de Twitter para difundir las entradas del blog. Como llevaba algún tiempo leyendo sobre la plataforma y sobre las primeras experiencias de los blogueros en ella, sabía que cambiaría mis ritmos de lectura y escritura, y por eso tardé en decidirme a comenzar.
En el ranking de Twitter de España se encuentra dentro de la categoría de Tecnología. ¿Por qué cree que le han colocado en esa categoría? ¿Dónde cree que estaría mejor?
La clasificación del portal Twitter-España, como todas aquellas basadas en cantidad de seguidores, no son muy significativas más allá de la anécdota. Me interesan más aquellos servicios, como Alianzo o Klout, que ponderan la influencia de los usuarios de medios sociales considerando la repercusión de los contenidos que compartimos y analizando de manera cruzada las plataformas que utilizamos.
Dentro de su perfil, ¿Qué tuiteros recomienda? ¿Quiénes son los que más le gustan?
Les remito a la lista de 140 recomendados que publiqué enMundo Twitter y a la lista de colaboradores de 80 claves sobre el futuro del periodismo.
Usted afirma que hay diferentes tipos de tuiteros, ¿podría definirlos?
Se puede establecer una tipología de tuiteros a partir de los tuits dominantes en su timeline: enlazadores, conversadores, retuiteadores, autobiográficos y opinadores.
¿Cómo valora los seguidores de Twitter?
El 3 de noviembre de 2009 Twitter comenzó a sugerir mi cuenta a los nuevos usuarios de la plataforma. Hasta ese día tenía 5.800 seguidores y en 24 horas se sumaron 1.300. Desde entonces el flujo de nuevos seguidores no ha parado y actualmente se mantiene a un ritmo de 40 diarios, aproximadamente. El problema con esta dinámica es que resulta más difícil monitorizar a los seguidores “orgánicos”, es decir, a los que toman su decisión no inducidos por Twitter, que son los que más me interesan y para los que escribo.
Usted dice que no recomendaría Twitter a todo el mundo, ¿a quién no se lo recomendaría?
Cuando presenté el libro Mundo Twitter dije que Twitter no es para todo el mundo y es algo que llamó la atención, pero lo cierto es que las herramientas deben seguir a las tareas del usuario y no al revés. Para responder en positivo, recomiendo Twitter especialmente a quienes dependen de la información para realizar su trabajo y a quienes tienen cosas valiosas que decir en público.
¿Podría decir cinco cosas para las que sirve Twitter y cinco cosas para las que no sirve?
Twitter sirve para mantenernos en contacto con la gente que nos importa, para compartir experiencias y opiniones, para detectar tendencias, para difundir y obtener noticias y como canal corporativo para las organizaciones.
Twitter, de momento, no sirve como archivo, es ineficaz para mantener y seguir conversaciones consistentes y tampoco es bueno como chat público. Twitter no es una fuente y no representa la voz de toda la sociedad.
Desde su experiencia en Twitter durante estos cinco años, ¿qué futuro cree que tendrá esta plataforma? ¿Cree que es una moda pasajera que irá disminuyendo su protagonismo, o cree que crecerá cada día más?
Hay que distinguir Twitter como plataforma y marca (que puede transformarse, fusionarse o desaparecer) de la experiencia del microblogging (que es el impacto cultural que el uso de esa plataforma ya ha producido). En el primer sentido, la supervivencia de Twitter dependerá de su capacidad para conjuntar un modelo de negocio que lo haga sostenible sin perjudicar la experiencia de sus usuarios. En el segundo sentido, aunque Twitter desapareciera, los usuarios buscaríamos de manera inmediata plataformas sustitutivas para seguir haciendo aquello a lo que ya nos hemos acostumbrado.
¿Ha escrito algún tuit que le haya provocado un aluvión de unfollows? Si es así, ¿puede contarme alguna anécdota?
No monitorizo los unfollows, no me preocupan en lo más mínimo y no deberían ser el criterio de escritura en un medio público. Como dice, con su contundencia habitual, Risto Mejide en su perfil (@ristomejide): “Si cuando hablas nadie se molesta, eso es que no has dicho absolutamente nada”.
En relación a la pregunta anterior, ¿podría contarme los mejores y los peores momentos que ha tenido en Twitter?
El 3 de junio de 2009, durante un seminario para periodistas en Lima, les pedí a mis lectores en Twitter consejos para los periodistas que comienzan a utilizar la plataforma y proyecté en directo las respuestas que fueron un repertorio útil de buenas prácticas y al mismo tiempo un buen ejemplo del funcionamiento de la llamada “inteligencia colectiva”.
El 30 de octubre de 2008, día del último atentado de ETA contra la Universidad de Navarra, estuve tuiteando desde mi despacho hasta que desalojaron el edificio de Ciencias Sociales.
Usted ha sido padrino de muchos de sus alumnos en Twitter y de muchas más personas, ¿Cómo se siente?
Al igual que lo hago con los blogs desde 2002, desde 2007 me convertí en un “evangelizador” del nuevo medio. Me entusiasma haber impulsado a tantos alumnos, colegas, periodistas y amigos al descubrimiento del potencial de Twitter en los ámbitos de la comunicación, la docencia y la empresa.
Para terminar, ¿Por qué decidió escribir el libro Mundo Twitter? Ahora que ya lleva unos meses en el mercado, ¿qué resultados ha tenido?
El libro Mundo Twitter apareció en España el 14 de junio de 2011, lleva tres ediciones y va camino de la cuarta. Creo que el libro está funcionando bien porque es una guía no técnica para cualquier tipo de usuario de una plataforma que, a pesar de su aparente simplicidad, resulta muy exigente para los recién llegados.
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