Hace unos diez años, todo lo que importaba en marketing online estaba prácticamente relacionado con el posicionamiento web. Las empresas solo vivían para el SEO y contar con un buen profesional en ese terreno era, prácticamente, una garantía de que se iba a vivir un gran éxito. Estar en los primeros puestos de los resultados de Google o de cualquier otro buscador era casi un pasaporte a la fama y al éxito incuestionable y todas las marcas querían estar ahí. Luego aparecieron nuevas herramientas, como las redes sociales, y algunos agoreros empezaron a anunciar que el SEO estaba muerto y que ya nadie lo necesitaba. Pero ¿es así realmente?
A pesar de esas Casandras que anuncian la muerte del SEO, lo cierto es que el posicionamiento web no solo no se resiste a desaparecer sino que además parece que sigue igual de fuerte o más que tiempo atrás y continúa manteniendo sus posiciones destacadas como rey en el marketing digital. Razones para ello, por supuesto, hay.
Lo necesitas para conseguir posicionarte en buscadores
La principal razón por la que el SEO sigue siendo un elemento fundamental en la estrategia de marketing digital está en cuál es el objetivo final. Si no se tiene una buena estrategia de SEO, si no se trabaja en el posicionamiento, los contenidos, el mensaje de la marca, nunca va a llegar a situarse de forma clara en las páginas de resultados de los buscadores.
Los buscadores siguen siendo la principal vía de acceso a contenidos
Y no conseguir lograr un buen resultado en ese primer punto puede ser terrible porque - y así llegamos al segundo punto - los consumidores siguen teniendo en los buscadores su vía de acceso más directa a la información. ¿Quién no ha oído a otra persona decir cuando se le habla de un tema de actualidad 'ah, pues ya lo buscaré en Google luego'? Algunas estadísticas dicen, de hecho, que en España un poco más del 98% de los consumidores emplean este buscador para acceder a la información y a los servicios que quieren localizar en la red.
El hecho de que ahora siempre llevemos con nosotros nuestros dispositivos móviles no hace más que reforzar y reafirmar esta realidad. Los consumidores ya no tienen que esperar a llegar a casa o a estar sentados delante de un ordenador para poder consultar todas sus dudas. Cualquiera con una conexión a internet móvil y un smartphone (que es cada vez más gente) puede acceder a la red, preguntar a un buscador y encontrar lo que necesita. Ahora confiamos en los buscadores para encontrar una calle que no damos encontrado, para decidir dónde vamos a cenar en esa ciudad en la que nunca habíamos estado o para establecer donde está la tienda más cercana que vende eso que necesitamos.
Los consumidores siguen descubriendo cosas nuevas a través de buscadores
Pero los consumidores no solo esperan a estar en la calle para buscar online todo aquello que necesitan saber, también lo hacen dentro de casa. Los buscadores siguen siendo la llave para descubrir de forma proactiva cosas nuevas. Lo primero que se hace cuando no se sabe algo o cuando no se sabe cómo conseguir algo es abrir el navegador, ir a un buscador y encontrar allí la respuesta. Y esto es válido para cuando la duda nos atenaza sobre cuánto tiempo viven de media los elefantes como cuando lo que nos interesa saber es dónde podríamos comprar ese mueble para la terraza que no encontramos en ningún lugar.
Y esto funciona especialmente bien en el mundo de la economía del long tail
Los buscadores son por ello una herramienta aún muy importante - una poderosa aliada - en la economía del long tail, de la larga cola. Esta es una de las primeras teorías sobre internet y su efecto en la economía y una de las que resultó más revolucionaria. ¿Qué señala la economía del long tail? Según sus posiciones, la red ha abierto la mano para que existan negocios muy especializados y muy centrados en cuestiones concretas. En internet se puede vivir perfectamente vendiendo, pongamos por caso, pajaritas de papel, porque siempre va a haber un consumidor en algún lugar que esté buscando ese producto.
Pero ¿cuál es la llave para que unos y otros se encuentren? El consumidor no tiene que saber necesariamente quién vende esas pajaritas de papel sino que echa mano de un buscador para encontrar a ese vendedor. Los buscadores dan una visibilidad a los pequeños que no podrían tener si no fuese por ellos, ya que a diferencia de las grandes marcas (que tienen ya hecha su gran campaña de posicionamiento gracias a su nombre) no tienen en realidad muchas más fórmulas para llegar a los consumidores.
De hecho, y según una estadística de Contently, el 70% del tráfico llega, en realidad, gracias a palabra clave muy de nicho.
Las redes sociales están muy bien, pero sirven para cosas diferentes
Uno de los grandes puntos cuando las redes sociales hicieron su irrupción y se convirtieron en un elemento cada vez más popular era el de que estas herramientas estaban cambiando el ecosistema online y estaban haciendo que elementos del pasado dejasen de ser realmente necesarios. No se necesita posicionarse en los resultados de búsqueda porque los consumidores ya nos encontrarán por Facebook o por Twitter, parecían defender todos los directivos.
Lo cierto es que este punto de vista es discutible y posiblemente fácilmente cuestionable. Las redes sociales, efectivamente, han ocupado una parte muy importante de la vida de los consumidores, pero eso no quiere decir que hayan acabado con el posicionamiento web. Las redes sociales no han matado al SEO. Las dos realidades pueden coexistir perfectamente y pueden completarse muy bien la una a la otra. De hecho, no debe pensarse nunca que las redes sociales sirven para lo mismo que tradicionalmente servía el SEO. Los usos y los beneficios de cada una de ellas son diferentes. Complementarios, pero diferentes.
Google impone reglas del juego muy precisas y es necesario cumplirlas
Y en este contexto es importante tener muy claro que se necesita a un responsable y a una estrategia de SEO por una razón evidente. El posicionamiento web no es una cuestión de suerte, sino más bien una cuestión de trabajo y de saber usar y seguir las reglas del juego. Google pone reglas muy claras sobre qué se debe hacer y qué no se debe hacer. En general, se podría decir que no hay que hacer spam y que hay que pensar siempre en la usabilidad para los consumidores. En concreto, solo hay que tomar las normas que Google ha lanzado en su última actualización del algoritmo para saber qué espera.
Aunque en general las reglas han cambiado
El último ajuste de Google no es el único que se ha producido y, de hecho, en los últimos años el posicionamiento web ha cambiado mucho. Lo que funcionaba entonces ya no funciona realmente ahora y las normas han ido reajustándose para primar cada vez más la calidad y el, por así decirlo, savoir faire. Ya no se trata de hacer campañas agresivas y casi dignas de un spammer para llegar a los primeros puestos. Hay que pensar más en el largo plazo y en lo que los consumidores quieren o necesitan. Las reglas del posicionamiento se han ido reajustando y para poder sobrevivir en ellas es preciso seguir trabajando a un nivel SEO.
Es una carta con la que juega todo el mundo
Además, en general, todo el mundo está jugando con el posicionamiento web. Las compañías de medio mundo (o mejor dicho, del mundo entero) cuentan con estrategias en posicionamiento, confían en expertos en SEO y trabajan para ser quienes aparecen en mejores lugares cuando se buscan en los buscadores los términos que les interesa resaltar.
Por lo tanto, ignorar el SEO y dejar de lado el posicionamiento es una especie de suicidio, una crónica de una muerte anunciada. No trabajando el posicionamiento web se está dejando que los demás jueguen con ventaja y se están poniendo palos en las propias ruedas.
Y es una carta que las empresas han interiorizado
El SEO es una carta que todas las empresas han ya interiorizado, una que hasta las más pequeñas entienden ya y que, por lo tanto, ha entrado a formar parte de los planes de posicionamiento empresarial de todo el mundo.
Y no se ha encontrado una alternativa más eficaz
Y, finalmente, el SEO no ha muerto y no ha perdido sus posiciones destacadas en el mundo del marketing digital por una razón clara. El SEO funciona. Y si funciona, ¿por qué prescindir de él? Las marcas no han encontrado aún una alternativa que sea realmente mejor o más efectiva y que cumpla todos los puntos que el SEO cubre. Si no hay una alternativa más eficaz y que lo supere en calidad, es de esperar que las empresas no estén dispuestas a prescindir de él.
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