Uno de los elementos que hizo que el crecimiento de Facebook fuese en progresivo aumento en los últimos tiempos fue la entrada de grupos demográficos que no estaban en la red social en el pasado. Facebook, que había empezado con los universitarios vía un sistema de entrada en la red limitado (antes de abrirlo de forma generalizada), ha trabajado en los últimos tiempos para meter a más y más demografías. A medida que la red se hacía más y más popular, padres, tíos y hasta abuelos de los usuarios originales (además de sus hermanos pequeños) iban entrando en la misma.
Todo ello tuvo un efecto en cómo se percibía a la red social y qué valores se asociaban a la misma. Facebook dejó de ser cool cuando se llenó de baby boomers, como señalaban los estudios, haciendo que la juventud (millennials y miembros de la Generación Z) tuviesen que crear listas de bloqueo de información para algunos de sus contactos familiares y también que acabasen refugiándose en otras redes sociales, como Instagram y en algunos mercados Snapchat. Las cosas no han mejorado con el paso del tiempo y se han agudizado incluso en algunos grupos demográficos: para los adolescentes, Facebook es un lugar poco atractivo, mientras centran ciertos tipos de actividad en otras redes sociales.
Pero lo cierto es que, aunque Facebook haya protagonizado todos los análisis sobre cómo los cambios de demografía afectan a sus líneas de negocio, la compañía no es la única que se ha visto afectada por ello y no es la única red social a la que los nuevos hábitos de sus consumidores y las nuevas costumbres de los mismos están poniendo en jaque su línea de negocio. Lo cierto es que para otras redes sociales esto también está pasando y las redes sociales que estaban robando a los usuarios de Facebook les están robando también a ellos sus propios usuarios.
LinkedIn parecía tener su posición asegurada y estar blindada ante los problemas generacionales. Al fin y al cabo, LinkedIn es una red social con un objetivo muy claro y con un nicho de mercado muy concreto. Es una red social profesional, que los usuarios emplean para presentarse de forma profesional y en la que lo que se vende es una trayectoria, no tanto el compartir contenidos divertidos o personales. No importa ser cool o no. Lo que importa es ser eficiente. Y, sin embargo, y tal y como acaban de demostrar los analistas, LinkedIn también está viviendo el efecto de las nuevas redes sociales de moda.
Instagram mueve a LinkedIn
Para los jóvenes que buscan trabajo, LinkedIn ya no es el escenario en el que buscan información sobre las empresas con las que quieren trabajar. En realidad, los jóvenes están usando Instagram para buscar información sobre el lugar de trabajo y sobre la cultura de la corporación en la que están interesados, como ha demostrado un estudio de Jobvite sobre el mercado de trabajo estadounidense (y que tiene conclusiones que no tardarán en afectar a otros mercados, como suele ser habitual).
El estudio ha extraído muchos de esos datos recurrentes cuando se analiza el mercado laboral en cualquier lugar, como quienes son más optimistas sobre el mercado laboral (los trabajadores de más edad) o quienes se sienten más cómodos negociando su salario (los hombres y no las mujeres), y también cómo las redes sociales se ven a la hora de buscar empleo.
En general, dos redes sociales clásicas son las generales más usadas para investigar a las empresas. El 25% de los potenciales trabajadores investiga en la página en Facebook de la firma y un 23% en la de LinkedIn. Pero lo sorprendente es, y volviendo a la conclusión principal del estudio, el peso que tiene ahora Instagram entre ciertos potenciales empleados. El 28% de los jóvenes entre 18 y 29 años va a Instagram para analizar las compañías en las que están interesados en trabajar.
Las cosas no han cambiado tanto, por otra parte, en el terreno de los empleadores. Puede que sus potenciales empleados más jóvenes estén usando Instagram como llave para comprender a las empresas, pero quienes son los responsables de recursos humanos siguen prefiriendo LinkedIn para hacer sus investigaciones.
Un artículo publicado en Puro Marketing
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