Las redes sociales cuentan ya con una amplia presencia entre consumidores, marcas y marketeros. Puede que hayan irrumpido no hace tantos años, pero a pesar de ello su uso es ya algo tan normalizado que se ha incorporado al día a día del todo el mundo y a las necesidades que las marcas tienen que cumplir cada día.
A pesar de esto, y a pesar de la normalización de las redes sociales y del social media marketing, estas siguen presentando ciertos problemas y generando ciertas cuestiones y dudas entre las marcas y sus gestores, en especial ligadas a ciertos temas. Y es que, a pesar de todo, los marketeros siguen creyendo todavía ciertas cosas sobre cómo operan las redes sociales que no son más que mitos y falsas creencias que deberían desaparecer de una vez por todas.
¿Qué es lo que las marcas deberían empezar a poner en duda y dejar de creer ya? En Hootsuite han elaborado un análisis sobre los mitos del social media marketing y de sus conclusiones se pueden extraer las siguientes cinco suerte de 'leyendas urbanas' sobre cómo operan las redes sociales y qué obligaciones tienen en ellas las marcas.
Lo que importan son los números: tener éxito implica tener muchos seguidores
Esta es una de las creencias que se mantienen a pesar de que muchísimos análisis ya han dejado claro que los números y el éxito no son realmente sinónimos. A pesar de ello, es posible que esta sea una de las cuestiones que más cuesta hacer comprender a los responsables de las empresas y que se convierte en uno de los recurrentes temas de tensión con sus gestores de redes sociales. Unos siguen creyendo que lo que importa es la cantidad mientras que los otros ya no saben cómo explicar una vez más que eso no es realmente todo lo que importa.
Como apuntan en el análisis, tener muchos seguidores está bien, al fin y al cabo implica que mucha gente está interesada en tu marca o en lo que tienes que decir, pero no necesariamente supone que se esté teniendo éxito o el éxito de forma asegurada. Que te sigan no implica que te lean o que estén respondiendo a lo que se está publicando. No hay que olvidar que el número de seguidores es un dato interesante, pero mucho más válido es la información relacionada con el engagement.
Todo tiene que estar online y todo tiene que quedarse online
Internet se ha convertido en un elemento muy importante en el día a día de las empresas y en una cuestión que es cada vez más decisiva a la hora de establecer un contacto con los consumidores. Y sí, las marcas tienen que trabajarse y mucho su presencia online y tienen que ser muy activas en las redes sociales y en sus diferentes webs. Pero en esta carrera por ser activos en estos escenarios y por conectar con los consumidores en el espacio que ahora parece estar convirtiéndose en el más relevante se puede perder de vista otra cuestión. La línea que separa el hacerlo todo online y 'tecnologizado' y el convertir la imagen de la marca en la imagen que podría tener un robot es muy fina.
Las marcas no deben olvidar el toque humano, recuerdan en el análisis, y no deben olvidar el tener que conectar con los consumidores de un modo mucho más personal. Es decir, no solo se trata de hacer también cosas fuera de la red (como por ejemplo actos con presencia física) sino también el dotar a la marca de una dimensión humana echando mano de personas reales.
¡Necesito todas las redes sociales!
Otro de los fallos recurrentes que cometen las marcas a la hora de conectar con sus consumidores en las redes sociales es el de intentar estar presentes en todas partes. Es una de esas creencias que tienen las marcas de partida sobre cómo debe ser su estrategia: tienen que abrirse perfiles en todas las redes sociales habidas y por haber, porque hay que estar. Y, aunque la teoría puede apoyar esta idea, la práctica la echa bastante por tierra. No es necesario estar en todas las redes sociales y no es necesario acumular perfiles como un escolar que colecciona cromos. Las marcas tienen que pensar, en realidad, qué quieren obtener y qué redes sociales le ayudarán en ello.
Antes de entrar en cada una de las redes sociales, las marcas deben pensar en cómo esa red social le ayudará a posicionarse y, sobre todo, a qué publico quieren llegar. No todas las redes sociales tienen el mismo tipo de usuarios. A esto hay que añadir que las marcas deben buscar la funcionalidad. Cada red social debe servirle para algo.
Las redes sociales son las redes sociales y el resto es el resto
O lo que viene a ser lo mismo: lo que hago en redes sociales importa en ese escenario y su efecto y ellas mismas están separadas de lo que ocurre en la estrategia de marketing. Esta creencia resulta especialmente sorprendente en los tiempos que corre cuando análisis y más análisis han demostrado que los consumidores son cada vez más multicanal y, mejor dicho, más omnicanal. Los consumidores están viendo el mundo que les rodea como un todo, como un elemento en el que todas las cosas están interrelacionadas, y, lo que es más importante, han integrado a las redes sociales en su día a día. Las redes sociales siempre están presentes, así que las marcas deberían ser conscientes de que lo que ocurre ahí no se quedará ahí.
Las redes sociales no son lo mío: me han pillado demasiado tarde
Este es otro punto que parece sorprendente que siga siendo creído y que siga teniendo 'su público'. Cuando aparecieron las redes sociales y cuando empezaron a usarse en el mundo de la empresa, la cuestión se dejó, sobre todo, en manos de los trabajadores más jóvenes, que eran los que sabían de qué iba eso. Pero en realidad las redes sociales son un elemento absolutamente transversal y demasiado importante en el día a día de la empresa para que no todo el mundo adquiera la expertise necesaria para emplearlas y tomar decisiones al respecto. Nadie puede pasar de las redes sociales.
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