Desde mi infancia he escuchado con mucha frecuencia una frase muy
común entre los comerciantes españoles: la de ‘quién regala bien vende’,
una acción que tiene como objetivo para cuidar de nuestros mejores
clientes para prolongar en el tiempo nuestra relación comercial.
Muchas son las cosas que podemos hacer para cuidar de nuestros
clientes, pero la más decisiva sin lugar a dudas es la formalidad en el
trato, la búsqueda de la mejor solución profesional y/o asesoramiento a
los problemas que se les pueden presentar, y la calidad permanente en su
atención.
Por tanto, el regalo es la punta del iceberg, que se ha de sustentar
necesariamente sobre los puntos anteriores, y que por supuesto no es la
variable decisoria a través de la que nuestros clientes deciden
quedarse junto a nosotros. Sino más bien el broche de un conjunto de
elementos intangibles que invitan al clientes a seguir confiando en
nosotros.
En este sentido es importante mencionar que hay algunas empresas que desean rentabilizar demasiado rápido cualquier ‘extra’ que ponemos a disposición de nuestros clientes,
lo que es rápidamente apreciado por estos y que puede acabar
rápidamente con nuestra relación comercial, siendo una actitud que
debemos evitar a toda costa, ya que es poco amiga de una relación
empresarial duradera.
En Pymes y Autónomos
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