Según el MIT, las ‘fake news’ usan patrones de lenguaje determinados que resultan distintos a los que empleamos en las historias reales.
La lucha contra las noticias falsas se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de las democracias occidentales, especialmente con el auge de los populismos, la victoria de Donald Trump o el movimiento antivacunas. Una batalla contra la mentira y la desinformación que, según el MIT, podría tener algún atisbo de optimismo.