Pese a que la tendencia en el conjunto de los jóvenes estadounidenses es la de abandonar (o no sumarse a) Facebook, prefiriendo en su lugar abrir cuentas en Instagram y/o Snapchat, un estudio ha revelado que dicho abandono es bastante más acusado entre los adolescentes más acomodados.
Los analistas de tendencias y los medios de comunicación vienen señalando desde hace un tiempo la creciente preferencia de los menores de 20 años por redes como Instagram, Snapchat y Youtube, así como su progresivo abandono de la que (por ahora) sigue siendo la red social reina: Facebook. Según el Pew Research Center, la proporción de adolescentes estadounidenses usuarios de Facebook ha disminuido 20 puntos porcentuales a lo largo de los últimos tres años. Actualmente, tan sólo la mitad de los adolescentes estadounidenses usan Facebook, frente a los casi dos tercios de los adultos.
Pero un vistazo más de cerca a los datos demográficos nos revela una brecha ulterior, que evidencia que entre los jóvenes también se da una división, de tipo socioeconómico, en el uso de Facebook: concretamente, los jóvenes con menor nivel de ingresos recurren a dicha red más del doble que los adolescentes de familias ricas (de los que ya sólo un tercio permanece en la red creada por Mark Zuckerberg).
El Pew Research Center ya detectó hace unos años esta brecha en el uso de redes sociales, pero entonces lo que más destacaba era la diferencia a la hora de usar o no redes como Intagram y Snapchat. Era lógico: Instagram era entonces la red donde los ‘niños ricos’ subían fotos de su ropa cara y sus vacaciones exóticas, y Snapchat consumía cantidades ingente de datos. Desde entonces, Instagram se ha popularizado en todos los grupos demográficos, y tanto los teléfonos inteligentes como las tarifas de datos móviles son cada vez más accesibles. Pero, ¿por qué persisten entonces las diferencias en el uso de Facebook?
“Los adolescentes con altos ingresos tienen acceso a una gran cantidad de recursos y capital social. Los de ingresos bajos deben trabajar, a menudo, de manera distinta para tener acceso a todo eso”, afirma Jacqueline Vickery, profesora de la Univ. del Norte de Tejas. Por otra parte, según Lynn Schofield Clark, de la Univ. de Denver, las redes sociales pueden ser un modo de construir sus propias redes de apoyo: es frecuente que los jóvenes con los que trabaja recurran a Facebook para pedir u ofrecer ayuda para hacer los deberes.”Usar Facebook como asistente para los deberes puede ser útil cuando ambos padres están fuera de casa trabajando y/o no manejan bien la lengua de escolarización”.
El estudio de Pew Resarch ofrece otra pista: los jóvenes pudientes pasan más tiempo en compañía (física) de sus mejores amigos que los más humildes. Y, por último, la diferente extracción social parece generar actitudes distintas hacia las prácticas empresariales y la privacidad, que repercuten también en el nivel de uso de las redes sociales. Según Clark, tras el escándalo de Cambridge Analytica, detectó que los jóvenes de clase alta con los que trabajaba se escandalizaron y, en muchos casos, abandonaron la plataforma como respuesta. Pero la actitud de los más humildes fue muy distinta: “Por supuesto que nos vigilan, estamos vigilados todo el tiempo, ¿por qué deberíamos esperar algo distinto por parte de Facebook?”.
Vía | Quartz
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